Uno de estos lugares era la Escuela Rural de posguerra. Estaba perfectamente ambientada con sus pupitres de madera antigua, sus bancos sin respaldo, las orejas de burro, mapas de la época, encerados, libros y cuadernos de la época... No faltaba detalle y además todo estaba estupendamente conservado. Nos comentaron que todo lo que allí se encontraba era material donado por gente del pueblo y de otros lugares de España.
En la escuela, nos llamó mucho la atención una fotografía, original, de principios del siglo XX. El guía que nos fue enseñando la granja, nos comentó, que también había sido donada y que era una foto de la escuela a la que fue Federico García Lorca cuando era niño, y en ella podemos apreciar al apreciado escritor, y que además da nombre a nuestro cole. Federico García Lorca es el cuarto niño de la primera fila, que se le puede ver con un sombrerito.
La profes también pudimos asistir a una casa - museo de la época de la guerra o incluso anterior. Todo lo que había en esa casa había sido donación de Octavia, una señora del pueblo, que cuando se traslado a vivir a una residencia, quiso donárselo todo a la Granja Escuela para que su recuerdo viviera para siempre. En esa casa pudimos ver, todo en perfecto estado, desde la ropa interior de la época, hasta los calentadores de cama que había por aquel entonces, hasta un libro de familia elaborado por el padre de Octavia, allá por el año 1870, donde iba anotando los matrimonios, nacimientos, defunciones,... de los miembros de su familia. Sin duda, unas habitaciones llenas de recuerdos y de historias. En cuanto a la cocina - salón había todo tipo de menajes, libros de cocina,... de la época. Una maravilla.
Las profes hemos visitado también una habitación de lo que podía ser un niño en la época de la postguerra, con sus orinales, vestiditos, trajes de comunión, juegues de antaño...
Además, a lo largo de todo el recorrido por la granja nos hemos ido encontrando todo tipo de herramientas y maquinarias situadas por toda la granja que se usaban para los trabajos del campo desde aventadoras, galeras de 4 ruedas, prensa de uvas, tractores, carros, tinajas....
A las profes nos encantó está experiencia. Nos hizo viajar en el tiempo, a la época de nuestros abuelos, nos gustó ver cómo vivían, cómo iban a la escuela... Una bonita experiencia y recuerdo nos llevamos de la granja, tanto por el disfrute de los niños realizando sus actividades, como el nuestro, que nos trataron fenomenal y nos enseñaron muchas cosas.
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